Jun 26 2023

Retomando viejos hábitos: Rompiendo tus propios miedos

Y hoy acabé de leer mi primer libro después de años de no terminar ninguno (tantos, que ya no quiero – por pereza y alguito de vergüenza – contarlos). Y es que cuando hablamos de retomar viejos hábitos (como la lectura) nos decimos a nosotros mismos demasiadas buenas excusas (porque tienen que ser buenas para que realmente te las creas ¿No?) Como… la verdad es que el libro no estuvo tan interesante como pensaba, o que simplemente estoy muy ocupada para eso. Claro, culpando al resto, al autor de no hacerlo interesante para ti, con un mix de autosuficiencia con una pizca de orgullo propio, ya que tu vida es muy ocupada como dedicarte una hora de tu valioso tiempo a ti misma o peor a pensamientos que no van a sumar nada en ti en este momento, porque ya tienes demasiados temas en los que ocuparte (claro, tú, la mujer más ocupada del planeta tierra y de galaxias aledañas)

Y lo que es peor, es que cuando, analizas y haces un repaso a tu vida, a tu tiempo, a tus energías… te das cuenta (y de vuelta a la vergüenza propia), que si tenías el tiempo para hacerlo, pero simplemente no le pusiste atención, ni enfoque, ni nada de motivación, sólo te dejaste llevar por otros temas más seductores (cada uno con lo que mejor prefiera ser seducido, acá no estamos para juzgar, sino para compartir jeje) y ojo, que no está mal que tengamos nuestros propios tiempos de seducción interna (también los necesitamos), creo que el problema es que necesitamos dimensionarlos en la justa medida para no caer en excesos que nos puedan dañar o quitar vida o lo que es peor: metas, objetivos o hasta nuestros propios sueños.

Ahora, tengo que confesar que el decidir leer hasta terminar un libro, vino de la mano, con un quiebre muy fuerte en mi salud. Y como me dijo mi súper coach: Piensa, ¿Para qué la enfermedad ha llegado a ti en este momento de tu vida? De repente te está diciendo que necesitas descansar (en paz jajajaja, nooo todavía, espero…) e inmediatamente lo relacioné con un buen consejo que me dieron hace años: “No busques conocer por qué te pasa algo, piensa para qué te está pasando”

Esta “enfermedad” siento que ha llegado después de muchos años para ayudarme a tomar decisiones, soltar algunas cosas que me hacían mal, soltar (temporalmente) otras que me encantan, no porque no pueda hacerlas, sino que, simplemente todavía no es mi momento y debo aprender a aceptar (sin renegar) lo que mi cuerpo me está diciendo, y es que tengo que aprender a esperar, a no alocarme, a no planificar todo en mi vida milimétricamente, a no llenarme de eventos, actividades y sobre todo que debo enfocarme más, dedicarme más y sobre todo valorarme más, mucho más.

Y es en esta búsqueda interna (e inagotable) de mi mejora continua, que apareció este libro como recordatorio de un pendiente más en mi vida. De aquel hábito que dejé de niña, que siempre digo que me encanta, pero que nunca me lo demuestro con hechos. Y simplemente decidí accionar, sin más excusas, sin más limitantes, sin más, después lo hago, o cuando tenga tiempo. Y así como cuando buscas desesperadamente algo, pero estuvo siempre frente tuyo, yo busqué mi tiempo para leer y lo encontré, bien sentadito mirándome con carita burlona, diciendo Hey…yo siempre estuve acá, sólo que parece que nunca me quisiste ver bien ¿no?

Escuché hace muchos años una anécdota, de una persona que se demoró 5 años en tomar la decisión de cambiar de trabajo, inmediatamente el interlocutor interrumpió y dijo: No, no se demoró 5 años en tomar la decisión. Tomar una decisión es cuestión de segundos, lo que le tomó 5 años fue vencer su miedo para poder tomar esa decisión.

Y es que, tenemos miedo, hasta de progresar, de brillar, de sobresalir (por más increíble que parezca), de dejar de hacer lo mismo de siempre, de ser las “ovejas negras”, de ser diferentes, de que te miren diferente, de que se burlen, de que te critiquen, de que quedes mal, etc. etc. Etc. Pero parte de ser valiente, es justamente hacer las cosas a pesar de tus miedos, así que te escribo para que juntos decidamos ser valientes, ser diferentes, crecer, aprender y retomar todo aquello que dejaste olvidado en tu vida con la excusa del «No tengo tiempo» «Mejor luego» «Más adelante» Porque recuerda siempre que TU tiempo es el único activo que nunca vuelve. 

Deja una respuesta