A veces pensamos que hablar de números, de control de costos y gastos o de planificación financiera es tema exclusivo de grandes empresarios o de personas con negocio. No solemos conversar de esos temas en un almuerzo, o en una sobre mesa o con nuestro entorno más cercano. Y es que hablar de tus finanzas personales, de cuánto tienes en tu cuenta bancaria o de cuánto te falta para pagar tus deudas ciertamente, no es un tema muy agradable, sobre todo cuando crees que no te está yendo muy bien.
Y es que muchas veces nos negamos a reconocer que nuestra situación actual es producto de nuestras decisiones pasadas (financieras o no financieras), que la materialización de nuestros sueños y objetivos se basará en tus decisiones de hoy y sobre todo que, para tomar buenas decisiones con respecto al dinero, debes prepararte, entrenarte y aprender a gestionar tu mejor arma: Tu Inteligencia Financiera.
Hablar de Inteligencia Financiera, es hablar de la capacidad que tienen las personas para multiplicar activos, para generarse diversos flujos de ingresos y, sobre todo: saber controlar sus costos y gastos.
Ya que no importa cuánto vendiste (en caso tengas un negocio) o cuánto ingresó a tu cuenta bancaria, lo que realmente importa es cuánto te quedó al final, al final del día, al final del mes o al final del año. Y cuando tengas ese número te reto a que clasifiques TODAS tus salidas de dinero, de manera semanal o mensual, y luego, revisa si en verdad era necesario gastar el 30% de tu dinero en restaurantes, o el 20% en ropa, o si por el contrario, el 25% lo usaste para tu educación (que finalmente es inversión). A esto se llama Flujo de Caja
Cuando termines de hacer tu primer proceso, deberás preguntarte si ese número final es el que esperabas tener (tu meta anual) o no. Y en ese momento aparecerán 2 opciones:
La primera: Te fue mejor. Entonces sigamos viendo cómo crecer más, con objetivos reales y medibles. P.e: El año pasado me quedó 100, este año que me queden 150, y así quiero crecer 50% cada período.
La segunda: Te fue por debajo de tu ideal, entonces empecemos a analizar que pasó, como mejorar y replantearte nuevas metas, le pones fecha y le pones números medibles, y así vas controlando cada mes, hasta que llegues al número que esperabas. Luego, repite la opción 1.
Entonces, te das cuenta de que, para poder controlar tu avance, necesitarás proyectar tus ingresos, costos y gastos, y para una buena proyección, te debes acordar de todo lo ingresó y también de todo lo que gastaste ese año y hasta en los años anteriores. Si es la primera vez que lo vas a hacer, realiza tu mejor estimación, la más sincera, la mas honesta, la más real, recuerda que puedes mentirles a todos, pero nunca a ti mismo. Una vez que lo tengas, plásmalo y ponle de nombre a tu cuadrito: Presupuesto. A esto, se le llama Planificación Financiera.
Quien se anime a realizar este ejercicio todas las semanas, tendrá muchos hallazgos, a los que yo llamo: Toma de Conciencia. Verá que, por ejemplo, realmente todo su dinero se le fue en cosas no planificadas (y no necesarias), o que en el mes no tiene suficiente dinero para vivir (ante lo cual, la gran mayoría empieza a buscar más dinero, en vez de buscar cómo reducir gastos), así que, si tú eres uno de ellos, ha llegado al momento más importante de la Inteligencia Financiera: La Toma de Decisiones para mejorar tus números. A esto se le llama: Decisiones Financieras. Tanto de Inversión (para generarte más y más activos) y de Financiamiento (para reducir gastos y costos), como de Política de Dividendos, donde deberás decidir si dejar el dinero ahorrado para que se siga acumulando y adquirir un activo (una futura decisión de inversión) o pagar algunas deudas para minimizar los intereses (decisión de financiamiento) o simplemente irte de vacaciones (distribuirte el dinero que te quedó).
Recuerda que tener el control de los números nos da el poder de elegir, de hacer lo que deseemos, y de vivir la vida que esperamos. Así, que, ahora, ya estás listo para empezar a tomar tus mejores decisiones financieras.
BIENVENIDO!!!